Los homosexuales durante el siglo XX.
“Serán declarados en estado peligroso, y se les aplicarán las correspondientes medidas de seguridad y rehabilitación los que realicen actos de homosexualidad”
Así comenzaba uno de los artículos de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social del Gobierno Franquista, derogada en 1978, que reprimía las libertades del colectivo LGTBI, condenados a penas de prisión, perseguidos, marginados o incluso asesinados por el régimen fascista que sufrieron más de 5000 víctimas.
Federico García Lorca fue una de ellas, el poeta, dramaturgo y prosista español; al que el mundo entero admiraba, fue asesinado por sus ideales y su orientación sexual en 1936; ser como él era impensable en esa época.
¿Cómo hemos evolucionado?
La derogación de la ley anteriormente citada fue un paso muy importante para España en la lucha por la igualdad y la visibilidad de todas las personas.
La gente salió a la calle a defender los derechos de este colectivo y en 1995 por fin se aprobó en el Código Penal incluir la protección de la orientación sexual, luchando contra homofobia.
A este hecho se le suma que el 30 de junio de 2005 se cumpliera un sueño, se aprobase el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Por todo lo conseguido, actualmente España se considera según datos de Pew Research Center el país donde mayor aceptación hay de la homosexualidad.
Aunque la lucha por la igualdad plena continúa.
Pero, ¿Realmente hemos cambiado?
El paso ha sido gigantesco pero todavía queda mucho por lo que luchar y cambiar.
La discriminación por orientación sexual o identidad de género, está también presente a nivel laboral a través de bromas despectivas, vejaciones, o acoso, debido a la falta de visibilidad de este colectivo.
Salir del armario te hace perder el trabajo. Lesbianas, gays, transexuales y bisexuales tienen menos de un 7% de posibilidades en conseguir trabajo y cuando lo hacen ganan un 4% menos, según datos de la OCDE. A todo eso le sumamos que el 60% de las discriminaciones laborales las sufren las personas del colectivo LGTBI según el estudio de Ben Capel. Es por eso, que más del 50% de homosexuales, bisexuales o transexuales no revelan su orientación en el trabajo.
Jesús Tomillero es el único árbitro que ha salido del armario y por ello tiene que soportar insultos o que no se le tome en serio y Beatrice no revela su orientación sexual en el Bufete de abogados donde trabaja porque ya perdió un trabajo por ese motivo.
Además las mujeres denuncian una doble discriminación, por ser mujeres y homosexuales; y enorgullece ver que aun así estas pueden cumplir sus sueños laborales y llegar a ser como en el caso de Maribel Hernández, directora de Employer Branding, Talent and Development en la empresa AXA.
También son muchos los estereotipos que van ligados a las profesiones y que no nos dejan avanzar en igualdad laboral, debido a la débil visibilidad a día de hoy:
- Si eres enfermero, eres homosexual o mal profesional.
- El deporte es de chicos.
- El baile es de chicas.
- Todos los peluqueros son gays.
- Ellas son cuidadoras.
- Ellos son los empresarios.
Según Eparquio Delgado, psicólogo y director de Centro Rayuela, la homofobia es un problema social y cultural que se debe abordar al ámbito educativo que actualmente no trabaja la diversidad sexual.
España, a pesar de los logros conseguidos sigue siendo homófoba, por desgracia también en el mundo laboral. Es impensable pensar que en el Siglo XXI siguen habiendo casos de acoso y despidos a trabajadores por su condición sexual, pero continua siendo una realidad.
El día que todas las personas tengamos la misma visibilidad que otras, en el caso laboral o en cualquier otro, entonces si podremos decir que la sociedad es igualitaria.
Stop Rumores LGTBI 